jueves, 20 de marzo de 2014

Este año presentamos: Rebelde de Alfonso Paso


Hace más de cincuenta años, hace mucho tiempo, érase una vez, un país todavía sumido en una larga posguerra y dos familias que habitan en un bloque de viviendas, cuyas vidas quedan apenas separadas por el rellano de la escalera. Son dos familias que se odian, quizás como ilustración de la lucha de clases en relación al incipiente disfrute del bienestar de la época o su ausencia, tal vez por su situación de vencedores-vencidos que subsiste en ese momento.

Los Montes y los Campos dos familias, una de clase trabajadora y de izquierdas; la otra burguesa, a la sombra del Régimen, y de derechas de toda la vida- están condenados a verse en la escalera y, por supuesto, se odian...


En este ambiente, un tanto cerrado y anodino, surgen cosas y se producen cambios, porque el azar y el amor pueden transformar situaciones. En la eterna lucha de familias que se odian, los Montes(montescos) y los Campos (Capuletos) ven como dos de sus vástagos se aman, una situación inconcebible en su relación de rellano, algo abominable e imposible de imaginar para ellos y, por esto, la tensión crece. También suceden golpes de azar o adhesiones inquebrantables un tanto rotas, que motivan un nuevo y alterado disfrute del bienestar. En este lugar de odio permanente y rabia desbordada, sólo Jorge se mantiene rebelde frente al destino manifiesto, y alejado de la pugna de izquierdas y derechas. Por supuesto, él será capaz de reconducir la situación, salir del atolladero y de mostrarnos que en la vida, como en el teatro, el amor puede cambiarlo todo.

Lo demás es un acompañamiento muy de la época: un curita abnegado y comprometido, un miedo terrible al qué dirán, o un personaje veleta que intenta estar a la última en modas intelectuales.familias que se 
odian, quizás como ilustración de la lucha de clases en relación al incipiente disfrute del bienestar de la época o su ausencia, tal vez por su situación  de vencedores-vencidos que subsiste en ese momento.Los Montes y los Campos -dos familias, una de clase trabajadora y de izquierdas; la otra burguesa, a la sombra del Régimen, y de derechas de toda la vida- están condenados a verse en la escalera y, por supuesto, se odian...


En este ambiente, un tanto cerrado y anodino, surgen cosas y se producen cambios, porque el azar y el amor pueden transformar situaciones. En la eterna lucha de familias que se odian, los Montes (montescos) y los Campos (Capuletos) ven como dos de sus vástagos se aman, una situación inconcebible en su relación de rellano, algo abominable imposible de imaginar para ellos y, por esto, la tensión crece. También suceden golpes de azar o adhesiones inquebrantables un tanto rotas, que motivan un nuevo y alterado disfrute del bienestar. En este lugar de odio permanente y rabia desbordada, sólo Jorge se mantiene rebelde frente al destino manifiesto, y alejado de la pugna de izquierdas y derechas. Por supuesto, él será capaz de reconducir la situación, salir del atolladero y demostrarnos que en la vida, como en el teatro, el amor puede cambiarlo todo.Lo demás es un acompañamiento muy de la época: un curita abnegado y comprometido,un miedo terrible al qué dirán, o un personaje veleta que intenta estar a la última en modas intelectuales.

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